jueves, 24 de abril de 2014

¿SE SABE SER MAESTRO ANTES DE SERLO?

No, claramente, no, al igual que no se sabe ser peluquera antes de serlo, que no se sabe conducir hasta que no conduces…
Se supone que eres maestro cuando acabas la carrera. Repetimos, se supone.
Pensamos que esos cuatro años no sirven para nada. Bueno, mas bien que no sirven para nada, no están bien orientados.
En lugar de, realmente, enseñarte cómo afrontar una clase, cómo hacer que tus alumnos no se aburran en clase.. en vez de eso, te enseñan las vidas e historias de autores como Sujomlinski, Bourdeau,Marx y Engels.. Porque claro, todos sabemos que cuando seamos maestros y estemos en nuestro primer día de trabajo y nos quedemos en blanco, petrificados ante el peligro, ante la mirada de 30 pequeños diablillos, lo primero que haremos será recitar las características de la escuela perfecta de Milani. Irónicamente, claro está.
Y es que ¿Dónde, un maestro, sabe ser maestro?¿Dónde mejor que en la escuela, que en el aula? Un maestro no sabrá ser maestro hasta que no trate con los niños, hasta que no se plante delante de sus alumnos y consiga irse a casa pensando lo bien que lo ha hecho y las buenas sensaciones, vibraciones que los rostros de sus discentes reflejaban.
En la entrevista que le hicimos a Noelia Alcaraz Salarirche le preguntamos sobre esto, y no nos pudo contestar de otra manera más acertada
 

Si en lugar de las típicas clases universitarias, los alumnos, donde nos incluimos, fuéramos al colegio y apuntáramos todo lo que nos pasara, los problemas de los niños, cómo se relacionan, qué hacen en cada asignatura.., y fuéramos a clase, ahora sí, con una serie de dudas e inquietudes que resolver, además de ser más ameno y motivador para nosotros, realmente aprenderíamos más, pues que mejor lugar que la práctica para aprender a ser profesor.

Pero aunque se orientase de esa forma, la formación es necesaria, es decir, es imprescindible los cuatro años de carrera orientados a crear una base, una base que en un futuro deberá ser ampliada y fortalecida con conferencias, cursos, viajes.. con el fin de seguir adquiriendo saberes y conocimientos que sirvan de uso y utilidad a la hora de dar clase. 

Creemos, por tanto,  que se deberían compaginar teoría y práctica. 
Lo ideal sería que aplicáramos en la práctica la teoría que vamos aprendiendo día a día. No vale dar clase basándose en las directrices que pauta el libro marcado. Pero como todos lo hacen, ya se ve como algo normal. Realmente no es así. Lo normal sería que el día que nos plantáramos delante de nuestros alumnos intentáramos con nuestros recursos dar clase, y en el momento que tengamos dudas o  inquietudes, acudir a lo productivo, relevante de la teoría.

En la sociedad digital actual un profesor tiene que romper con lo tradicional, con las horas plantados frente a un libro que tanto aburre a nuestros futuros alumnos. Pero no es eso lo que nos enseñan, nuestros profesores de universidad que a la vez son investigadores, función imprescindible de un profesor, deben enseñarnos cómo dar las clases con las nuevas tecnologías, ellos son los únicos capacitados para prepararnos en ese ámbito y pocos lo hacen. Ya lo decía Manuel Navas, y es que  pocos saben sacar provecho de las nuevas tecnologías. Una pena, la verdad. No son capaces de aprovechar las ventajas que el Ministerio de Educación les otorga. Para algo bueno que hacen… 
Y es que, además de vagos ( adjetivo que podrían cambiar ellos mismos), los profesores son reconocidos por ignorantes. No todos, claro está.
Sólo con ojear artículos como este http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/13/actualidad/1363202478_209351.html nos damos cuenta del daño que han hecho y están haciendo los profesores frustrados que, ni tienen ganas, todos los días, de dar clase, ni mucho menos están motivados por enseñar.
Es increíble, realmente increíble que el 86 % de los aspirantes a una plaza docente en Madrid hayan suspendido. Algunos pensarán que alomejor la prueba excedía el grado de dificultad, pero, amigos míos, la prueba estaba orientada para que un niño de 12 años pudiera contestarla.
Imagínense lo terriblemente complicadas que serían las preguntas…. Aquí se ve, lo importante que es la manera de dar clase, se ve cómo realmente influye en los alumnos.
Por ello, intentaremos trabajar duro, aportar nuestro granito de arena a la educación, intentar cambiar ese adjetivo que nos atribuyen de vagos por trabajadores, ignorantes por inteligentes.
Ojalá lo consigamos.






jueves, 10 de abril de 2014

CREAR LAS MEJORES CONDICIONES PARA QUE EL ALUMNO APRENDA.


 
 
Recordando un día de colegio:
 
Suena la alarma, y tu madre viene a despertarte para que te vistas, desayunes y vayas al sitio,  que tantas ganas tienes de pisar, el colegio. Nótese la ironía.
Todos nosotros, alguna vez, hemos fingido estar malos con tal de no ir al colegio, todos.
Dolores de barriga insuperables, fiebre que sube y baja como la espuma. Incluso, algunos, ni mentían, decían la verdad: No quiero ir porque no tengo ganas, tengo un examen. Muy bien  sinceridad ante todo.
 
niño.jpg
 
 
Y es que,¿qué necesidad hay de que los niños vayan a clase sin ganas, aburridos?¿Por qué se inventan excusas para faltar a clase?¿No deberían indagar en ello e intentar todos aportar un granito de arena para que, poco a poco, los niños sientan curiosidad, interés, motivación por ir a clase?  Pero claro, es difícil, muy difícil, encontrar a aquellos docentes,que , además de profesores, sean investigadores y sean reconocidos por su esfuerzo, por su trabajo y motivación, por sus ganas de investigar, de saber más, de formarse y enriquecerse para luego transmitir sus conocimientos de la manera más amena y entretenida a sus alumnos. Es muy difícil.
Lo “normal”(que no debería ser así) es encontrarse al típico profesor frustrado, que no tiene ni ganas, ni tiempo para ponerse a pensar en sus alumnos. Esto, es lo más normal, y lo que nos encontramos día a día si abrimos las puertas de un colegio.
Entonces nos preguntamos: ¿Cómo quieren crear así un ambiente en el que el niño se sienta agusto, interesado?¿Cómo quieren crearlo si no le dedican tiempo y ganas?
Como futuros docentes debemos crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda, ya que, al fin y al cabo, venimos a eso. Aprender.
Pero en lugar de aprender, parece que van a aburrirse, a sentarse en una silla seis horas escuchando relatar a su profesor. Cuánto debe cambiar la escuela...Cuánto que mejorar.
Existen numerosas estrategias para intentar despertar la motivación del alumnado. El aprendizaje basado en problemas, por ejemplo, en el que un grupo de alumnos, por sí solos, buscan respuesta a una cuestión o tema dado en clase. El profesor aparece como guía, de manera que ayuda pero no resuelve.. Esta estrategia no busca una solución sin más.
Pretende  que el estudiante sea capaz de pensar, razonar y descubrir qué necesita para llegar a la resolución del problema.
Como ésta, existen muchas más, y las que quedan por investigar.
Pensamos que es imprescindible crear un ambiente abierto, un ambiente en el que los alumnos se sientan cómodos y no cohibidos, motivados y no aburridos, alegres y no tristes. Un ambiente en el que el maestro además de ir a clase para enseñar, vaya para conocer a sus alumnos, reír con sus alumnos e incluso, aprender de ellos.
Hoy en día, observamos cómo los alumnos aprovechan cualquier despiste del profesor para hablar con sus compañeros, cómo miran por la ventana esperando que suceda algo fuera que lo distraigan y que sea la mitad de interesante de lo que está explicando el profesor en clase.
Y es que nos preguntamos ¿Por qué pasa esto?¿Por qué? Tenemos la respuesta: Falta de motivación.
Claro está que la culpa de esto lo tienen los profesores. El dominio de la motivación requiere tanto para el profesor como para su alumno que comprendan que exista interdependencia entre los siguientes aspectos:
a) Las características y exigencias de la tarea o actividad.
b) Las metas o propósitos que se establecen.
c) El fin que se busca con su realización.
Relacionado con la motivación, encontramos así, la creatividad.  Ken Robinson nos dice que es tan importante como la alfabetización, por lo que deberíamos darle el mismo status. Con la educación estamos eliminando la creatividad y es que no somos conscientes de que nacemos con ella. Poco a poco, al crecer la vamos perdiendo, o mejor dicho, somos educados para perderla.

Como bien sabemos, la única herramienta que posee el profesor es el curriculum y por tanto, los contenidos. Por lo que mediante ellos debe crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda.
Si relacionamos la creatividad con los contenidos, una clase de matemáticas por ejemplo, no llevada a cabo de manera tradicional, también ayuda al desarrollo de la creatividad. Una manera de motivar al alumno es dejándole que  investigue, que se sienta implicado, que vea que se necesita de sus aportaciones. Con el PLE el alumno puede realizar las actividades por ordenador en cualquier lugar y realizar él mismo sus propias investigaciones, una escapada a los correctos libros de texto donde solo se aprende lo que ya está escrito y determinado.

Siguiendo con el tema de los contenidos, cabe destacar que, hoy en día, estamos acostumbrados a que lo normal, sea doblar, e incluso triplicar las horas de materias como Matemáticas, Lengua.. pero, ¿Por qué no compaginar más horas, por ejemplo, de música, educación física, o educación artística?¿Es que no son importantes porque no se estudia teoría y se preocupa por despertar la creatividad del niño, su interés y relación con sus iguales y con el medio ambiente? Por desgracia, esta propuesta encaminada a despertar esa creatividad que nuestro sistema educativo se encarga de extirpar, es rechazada por la LOMCE, aquella magnífica ley educativa.  

De manera que no podemos comprender en qué teorías, escuelas, corrientes o tendencias afirman que hay unas materias más importantes que otras para el desarrollo intelectual y social de las personas, ni cuáles aconsejan reducir hasta su mínima expresión la presencia de las Humanidades o las Artes en el currículum escolar. Las asignaturas con prácticas son iguales de importantes que las que están abarrotadas de teoría, ya que gracias a las prácticas fomentamos la creatividad y la imaginación de los niños, por lo que Educación Artística y Educación Física entre otras son tan importantes para el niño como Inglés o Conocimiento del Medio.

La LOMCE, no es la solución para el sistema educativo, ya que le resta importancia a estas asignaturas y se la suma por ejemplo a la religión católica sin entender qué razones avalan el fortalecimiento de la enseñanza de la religión católica.

Lo que buscamos nosotros como futuros profesionales de la enseñanza, es conseguir que nuestros alumnos asistan a clase motivados, curiosos, interesados por saber qué harán en clase , qué aprenderán, y lo más importante, cómo se lo enseñarán.
Debemos utilizar nuestro currículum de la mejor manera, descubrir, investigar sobre más métodos que impliquen la participación del niño. Apoyarnos además en las nuevas tecnologías, pues son una gran innovación social, y si sabemos usarlas bien, podemos, gracias a ellas, hacer clases distintas, fuera de lo común.

Por ello, un día de colegio ideal sería:

Suena la alarma y tu madre viene para que te despiertes, te vistas y vayas, ahora sí, al sitio que tantas ganas tienes de acudir, el colegio. Ahora el niño no se inventa ni dolores de cabeza ni fiebres imaginarias. Ahora sí que quiere ir al colegio. Se lo pasa bien y aprende de manera entretenida y diferente a lo que estaban acostumbrado. Llega de clases, y lo primero que hace es contarle a sus padres lo que han hecho en clase, lo que ha aprendido y lo bien que se lo ha pasado.
Ojalá que dentro de unos cuantos años consigamos esto en nuestros futuros alumnos. Ojalá


                      niño feliz.jpg