¿SE SABE SER MAESTRO ANTES DE SERLO?
No, claramente, no, al igual que no se sabe ser peluquera antes de serlo, que no se sabe conducir hasta que no conduces…
Se supone que eres maestro cuando acabas la carrera. Repetimos, se supone.
Pensamos que esos cuatro años no sirven para nada. Bueno, mas bien que no sirven para nada, no están bien orientados.
En lugar de, realmente, enseñarte cómo afrontar una clase, cómo hacer que tus alumnos no se aburran en clase.. en vez de eso, te enseñan las vidas e historias de autores como Sujomlinski, Bourdeau,Marx y Engels.. Porque claro, todos sabemos que cuando seamos maestros y estemos en nuestro primer día de trabajo y nos quedemos en blanco, petrificados ante el peligro, ante la mirada de 30 pequeños diablillos, lo primero que haremos será recitar las características de la escuela perfecta de Milani. Irónicamente, claro está.
Y es que ¿Dónde, un maestro, sabe ser maestro?¿Dónde mejor que en la escuela, que en el aula? Un maestro no sabrá ser maestro hasta que no trate con los niños, hasta que no se plante delante de sus alumnos y consiga irse a casa pensando lo bien que lo ha hecho y las buenas sensaciones, vibraciones que los rostros de sus discentes reflejaban.
En la entrevista que le hicimos a Noelia Alcaraz Salarirche le preguntamos sobre esto, y no nos pudo contestar de otra manera más acertada
Si en lugar de las típicas clases universitarias, los alumnos, donde nos incluimos, fuéramos al colegio y apuntáramos todo lo que nos pasara, los problemas de los niños, cómo se relacionan, qué hacen en cada asignatura.., y fuéramos a clase, ahora sí, con una serie de dudas e inquietudes que resolver, además de ser más ameno y motivador para nosotros, realmente aprenderíamos más, pues que mejor lugar que la práctica para aprender a ser profesor.
Pero aunque se orientase de esa forma, la formación es necesaria, es decir, es imprescindible los cuatro años de carrera orientados a crear una base, una base que en un futuro deberá ser ampliada y fortalecida con conferencias, cursos, viajes.. con el fin de seguir adquiriendo saberes y conocimientos que sirvan de uso y utilidad a la hora de dar clase.
Creemos, por tanto, que se deberían compaginar teoría y práctica.
Lo ideal sería que aplicáramos en la práctica la teoría que vamos aprendiendo día a día. No vale dar clase basándose en las directrices que pauta el libro marcado. Pero como todos lo hacen, ya se ve como algo normal. Realmente no es así. Lo normal sería que el día que nos plantáramos delante de nuestros alumnos intentáramos con nuestros recursos dar clase, y en el momento que tengamos dudas o inquietudes, acudir a lo productivo, relevante de la teoría.
En la sociedad digital actual un profesor tiene que romper con lo tradicional, con las horas plantados frente a un libro que tanto aburre a nuestros futuros alumnos. Pero no es eso lo que nos enseñan, nuestros profesores de universidad que a la vez son investigadores, función imprescindible de un profesor, deben enseñarnos cómo dar las clases con las nuevas tecnologías, ellos son los únicos capacitados para prepararnos en ese ámbito y pocos lo hacen. Ya lo decía Manuel Navas, y es que pocos saben sacar provecho de las nuevas tecnologías. Una pena, la verdad. No son capaces de aprovechar las ventajas que el Ministerio de Educación les otorga. Para algo bueno que hacen…
Y es que, además de vagos ( adjetivo que podrían cambiar ellos mismos), los profesores son reconocidos por ignorantes. No todos, claro está.
Sólo con ojear artículos como este http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/13/actualidad/1363202478_209351.html nos damos cuenta del daño que han hecho y están haciendo los profesores frustrados que, ni tienen ganas, todos los días, de dar clase, ni mucho menos están motivados por enseñar.
Es increíble, realmente increíble que el 86 % de los aspirantes a una plaza docente en Madrid hayan suspendido. Algunos pensarán que alomejor la prueba excedía el grado de dificultad, pero, amigos míos, la prueba estaba orientada para que un niño de 12 años pudiera contestarla.
Imagínense lo terriblemente complicadas que serían las preguntas…. Aquí se ve, lo importante que es la manera de dar clase, se ve cómo realmente influye en los alumnos.
Por ello, intentaremos trabajar duro, aportar nuestro granito de arena a la educación, intentar cambiar ese adjetivo que nos atribuyen de vagos por trabajadores, ignorantes por inteligentes.
Ojalá lo consigamos.